ANDINA
El director regional de Cultura de Cusco, David Ugarte Vega-Centeno, anunció hoy que se realizará un nuevo estudio sobre la capacidad de carga máxima del santuario incaico de Machu Picchu, patrimonio mundial e ícono de la arqueología del antiguo Perú.
Explicó, en rueda de prensa, que se analiza la posibilidad de convocar a la Facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú y al Instituto de Estudios Peruanos (IEP) para que llevar adelante el trabajo.
Refirió que en esta iniciativa participaría un grupo de técnicos de la Unesco que llegará entre enero y febrero del próximo año, y será “sobre esta base que se resolverá el tema estrictamente técnico”.
Dijo que el nuevo estudio no implica desechar otros realizados por organizaciones privadas como el Plan Q'ente (a cargo de la asociación Khipu) y el Plan de Uso Público (de Ecoan Khipu), los cuales serán contrastadas por la Unesco.
La capacidad de carga de Machu Picchu, que se estima en 2,500 personas por día, fue tema de debate en julio pasado, cuando las autoridades locales limitaron el acceso de turistas al considerar que habían sobrepasado dicho número.
Ugarte Vega-Centeno señaló también que se contrató como consultor al arqueólogo y antropólogo Luis Lumbreras Salcedo (exdirector del Instituto Nacional de Cultura) para superar y levantar las observaciones de la Unesco sobre Machu Picchu.
El funcionario, que se presentó la semana ante la Unesco en París, Francia, recordó que el plazo para levantar las observaciones vence a fines de febrero, antes de la llegada de una misión de dicho organismo internacional.
La misión vendrá en marzo y estará integrada por especialistas que verán si se mantiene el valor universal excepcional que motivó su reconocimiento como Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad en 1983, las observaciones y la actualización del plan maestro.
Indicó que en París tuvo conversaciones en busca de alternativas de solución y se estableció marzo como fecha para la visita extranjera.
“Las observaciones aún no cumplidas escandalizan a la Unesco y genera preocupación porque se prevé (la presencia de) una Niña (fenómeno meteorológico) con características sumamente singulares que generen derrumbes y huaicos”, observó.
Señaló que si bien hay voluntad política para atender los problemas, a través de la Unidad de Gestión del Santuario Histórico de Machu Picchu (UGM), la situación demanda acciones.
Entre las observaciones figura el crecimiento desordenado del pueblo de Machu Picchu, conocido como Aguas Calientes, y la vía Machu Picchu – Ciudadela Incaica, donde se advierte un deterioro del ambiente por la presencia de buses, polvo y erosión de tierra.
También destaca la amenaza de la carretera Santa María - Santa Teresa (se teme otro Aguas Calientes), el cual debería regularse con respeto al área de amortiguamiento, manifestó el funcionario.
“A estas observaciones se suma la carencia de seguridad ante fenómenos naturales. El hecho de que caiga un pequeño puente, el ferrocarril, la evacuación de 3,000 a 4,000 personas en cuatro días como en el 2010. ¿Qué pasará si hay un alud mayor u otra eventualidad? No hay un plan de seguridad, eso no se puede ocultar, no hay una institución que haya trabajado eso”, advirtió.
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