La población de Cusco celebró el jueves, con fervor la festividad del Corpus Crhisti en la Plaza de Armas de la Ciudad Imperial.
A las 10 horas se realizó la solemne eucaristía (misa) en el atrio de la Catedral, con la participación de todo el clero cusqueño y de las principales autoridades de la Región. Sirvieron como marco, las imágenes de los 16 santos y santas (San Antonio Abad, San Jerónimo, San Cristóbal, San Sebastián, Santa Bárbara, Santa Ana, San Blas, Santiago Apóstol, San Pedro, San José, la Virgen de la Almudena, la Virgen de los Remedios, la Virgen Purificada, la Virgen de Belén y la “Linda de la Catedral”), que realizaron la procesión por el perímetro de la Plaza de Armas.
Luego de la misa, se instaló la Sagrada Forma dentro de la custodia de oro macizo, y una vez instalada en la carroza de plata, que se ubica al frente de la Catedral del Cusco, empieza la procesión, cada vez con más fervor y acompañada por más fieles.
Completada la vuelta, la carroza retornó hasta el punto de partida, y la custodia conteniendo al Santísimo, fue elevada por monseñor Israel Condorhumán y se dio la bendición a los miles de fieles que participaron.
San Cristóbal, siempre causa admiración y algo de pavor, por el gran peso de sus andas (cargadas por cerca de 30 personas). La presencia de una piedra tallada con caracteres incas, en el interior de estas andas, hace que tenga un peso excepcional.
Las imágenes permanecerán en el interior de la Catedral hasta el próximo jueves, cuando vuelvan a salir en procesión para dirigirse a sus respectivas parroquias.
UN POCO DE HISTORIA
La reconocida escritora e historiadora Alfonsina Barrionuevo, precisa que El Corpus Christi fue establecido por el virrey Francisco Toledo, en 1572, con el fin de extirpar las wakas o espacios sagrados de Cusco. En ese año arribaron a la capital imperial, 118 imágenes peregrinas, vírgenes y santos, de las audiencias y los virreinatos de América. Toledo no sabía contra quiénes se enfrentaba. Las wakas eran el sol, la luna, las estrellas, la piedra, la tierra, el agua, el fuego, el rayo, la lluvia, el granizo, el viento, el maíz, la papa, el sauco, el chachakomo, el kiswar, y más, en un total de 328. Lo único que consiguió fue el sincretismo. La fusión de las creencias de los Andes y de Occidente.
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